DEONTOLOGÍA JURÍDICA. ÉTICA DEL ABOGADO Y DEL SERVIDOR PÚBLICO
Libro de Bernardo Pérez Fernández del Castillo La aplicación de las normas deontológicas es indispensable en el quehacer cotidiano del ser humano,pero sobre todo, en aquellos que desarrolla el jurista. Si bien es cierto que éste ejerce una profesión humanista con altos valores éticos como la justicia, la equidad, la lealtad, la verdad y la seguridad jurídica, es común que a su respecto se escuchen, de entre la vox populi, frases tan conocidas y lapidarias como: ?Entre abogados te veas?, ?Dios libre a esta casa de abogados?, ?Ojalá nunca tenga que caer en manos de un abogado?, ?Mi abogado se vendió a la otra parte?, ?Abogángster?, y muchas otras similares. Es claro que las más de las veces estas expresiones son injustas, pues ciertos pseudoprofesionales del derecho, denominados con bien ganado sarcasmo ?leguleyos?, ?picapleitos?, ?coyotes?, ?simuladores?, ?tinterillos?, etcétera., se ostentan como abogados sin serlo y han desprestigiado esta noble actividad.
Por las razones señaladas es importante fomentar y poner en práctica las normas deontológicas en cualquier ámbito social y darlas a conocer en el medio en que nos desenvolvamos, de manera especial entre estudiantes y profesionales del derecho, a fin de que esos valores dejen de ser letra muerta y se conviertan en una exigencia, tal como lo demandan los tiempos y la sociedad actuales.
En el presente trabajo se estudia la deontología jurídica, es decir, los deberes éticos y jurídicos del abogado y del servidor público.
DEONTOLOGÍA NOTARIAL. ÉTICA DEL NOTARIO Y DEL ASPIRANTE
Libro de Bernardo Pérez Fernández del Castillo Este libro trata y analiza los deberes éticos del notario, del comportamiento moral que la ciudadanía espera de él. A través del tiempo y la historia la gente se ha formado una idea clara de la persona del notario, de su quehacer y de la necesidad de una actuación ética, eficiente y eficaz. El notariado se encuentra unido tan estrechamente a la moral, que no puede entenderse aquél sin ésta. Así lo reconocen la mayoría de los pueblos de tradición latina y todas las legislaciones notariales.
El notario fedatario primero escucha y aconseja a las partes respecto a lo que quieren hacer; redacta los instrumentos que reflejan su voluntad, los reviste de pleno valor probatorio; los lee y explica a las partes quienes lo firman; los conserva y reproduce. En una palabra, es el depositario de la confianza del Estado. Por estas razones todos esperan de él las cualidades morales que tan delicada función merece.
Los accidentes y valores de cada época moldean el comportamiento humano. Ortega y Gasset decía que ?el hombre es él y sus circunstancias?. En nuestra época, ha crecido la necesidad de mayor rapidez en las operaciones y negocios jurídicos. Ello ha obligado al notario a acelerar y simplificar el procesamiento y terminación de las escrituras. El precio de la eficiencia no debe ser la deshumanización de su actuación ni el menoscabo de lo más importante en la función notarial: aconsejar y asesorar personalmente y dar seguridad jurídica.
Los cambios que exige nuestra sociedad deben motivar a reflexión. Antes de evolucionar hay que identificar lo esencial, es decir, primero debemos saber cuál es el ser de la profesión notarial para después saber cuál es su deber ser y encausarlo adecuadamente.
Los aspectos históricos, los valores, el quehacer y los deberes del notario, se analizan ampliamente en este libro, el que cuenta, además, con algunos códigos de conducta notariales.
DERECHO CIVIL Parte general, personas, cosas, negocio juridico e invalidez
Libro de Jorge Alfredo Domínguez Martínez
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